sábado, 23 de abril de 2016

CARTA ABIERTA A LOS ALUMNOS DE 5º y 6º DE LAS ESCLAVAS DEL SAGRADO CORAZÓN

Hola chicos:
Quería agradecer vuestro esfuerzo al apoyar la iniciativa de Narval “Para fomentar la lectura y pedir aportaciones para la continuidad de la novela: Gus y la casa voladora”. Las he estado leyendo y lo he pasado muy bien, me he reído a carcajadas. Sois creativos, originales, espabilados y muy maduros. La verdad es que me habéis sorprendido porque una os ve todavía pequeños y no se acuerda de lo listos que podéis ser y de lo mucho que sois capaces de enseñar  a los mayores.

Gracias por recordarme que no hay nada más satisfactorio que escribir para vosotros. Exige un gran esfuerzo porque no os conformáis con cualquier cosa, porque sois sinceros y espontáneos y porque es muy difícil engañaros. Por eso y porque me hicisteis pasar una tarde estupenda, es por lo que, al igual que me regalasteis vuestras palabras en un cuaderno y en una postal preciosa, yo os regalo las mías en este blog que utilizo para enfadarme, reírme, recordar, probar relatos y colgar fotos.
Me preguntasteis de todo: si vendía muchos libros, si era difícil publicar, si había conseguido algún premio, si ganaba suficiente con la literatura. Incluso me sonsacasteis la edad. Con vosotros ya se sabe, nadie queda impune. Os conté mis frustraciones, mi lucha, mis alegrías, mi pasión por la lectura, cómo conseguía que se me pasaran los disgustos solo con ponerme delante de un folio. Os animé a que me imitarais, que empezaseis leyendo y que ya veríais qué bien se resolvían los problemas. Os animé a mirar con curiosidad, a escuchar mucho, a no echar en saco roto las historias que os cuente vuestra familia, porque esa es vuestra historia. También os animé a reíros de vosotros mismos y a escribir cuando se acerquen los nubarrones (solos, sin que nadie lo sepa, sin pensar, con escritura espontánea, sin preocuparos por los acentos, las comas, los puntos. Os animé a soltar lo oscuro)
Vosotros me enseñasteis la frescura, las ganas de colaborar, de escuchar, de aprender, de curiosear.
Cuando regresaba a casa después de firmaros los libros, comprendí por qué nunca se olvida a los amigos de entonces, los amores de entonces, los juegos o la música de entonces. Porque ese entonces que ahora es vuestro presente, va a permanecer vivo durante el resto de vuestras vidas. Quizá porque nunca seremos amigos tan sinceros, amores tan leales, alumnos tan entregados, jugadores tan enérgicos y tan entusiastas como en esos años.
Un abrazo muy fuerte para vosotros por recordarme quién fui, porque de esta forma nunca olvidaré del todo a esa niña que un día, ya muy lejano, también acudía cargada con una cartera al colegio y miraba la vida como si acabaran de sacarla del horno.  


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