sábado, 22 de octubre de 2016

PESCOZONES




Lo de que haya niños en pateras, sin comida y víctimas de comercio, es otra historia, también lo es que se acose a niños y profesores en el colegio y no pase nada. La noticia que sale en los periódicos es que al no saberse la jurisdicción que corresponde juzgar a Brad Pitt por enfadarse con su hijo en pleno vuelo, han tenido que mandar al FBI para investigar los hechos.
Los niños antiguos se llevaban pescozones a penas se descuidaran. No era raro encontrar a una madre zapatilla en ristre amenazando a su hijo por el pasillo; el que se fumaba las clases, el que le quitaba el balón al primo, el que le escupía a los viandantes por la ventana. No digo que estuviese bien, solo constato un hecho. Nadie se rasgaba las vestiduras por las amenazas, a no ser que el asunto fuese a mayores.
Hasta en el colegio te amenazaban.
El asunto es que ahora ya no se amenaza a los niños con zapatilla al portarse mal, sino que se les manda a un rincón a pensar. Y yo me pregunto: ¿De verdad piensan?¿En qué piensan en el rincón? ¿Se dedicarán  a recapacitar sobre el castigo o se dedicaran a imaginar cualquier cosa? ¿Quizá se enfurruñen más todavía con sus padres por tenerlos inmóviles durante tanto tiempo? No lo sé, lo que sí sé es que ahora, cómo se te ocurra reñir a un niño en pleno vuelo y no quede claro el espacio aéreo en el que te encuentras, no sabrán si acudir los Mossos d´Escuadra,  la Ertzaintza o la Guardia Civil, hasta te podrían enviar a la Interpol si hay turbulencias y el avión se desplaza demasiado.
Siento haber pertenecido a una generación en la que todo castigo consistía en ver a tu madre amenazándote con zapatilla en alto.
Quizá el asunto de Brad haya sido importante y no lo conozcamos bien, pero que con todo lo que le está sucediendo a los niños en estos momentos, nos interesemos por el espacio aéreo en el que se produjo la riña del padre al hijo me demuestra que nuestra sociedad está muy, pero que muy enferma.
Algún día habrá una civilización que se tronche de risa de la nuestra, del trato a los  niños de un lado y de otro, del cinismo, de la doble moral. Pero para entonces estaremos en el más allá, como en el más allá están los que montaban el espectáculo de los leones y los cristianos en Roma.


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