Lo
de que haya niños en pateras, sin comida y víctimas de comercio, es otra
historia, también lo es que se acose a niños y profesores en el colegio y no
pase nada. La noticia que sale en los periódicos es que al no saberse la
jurisdicción que corresponde juzgar a Brad Pitt por enfadarse con su hijo en
pleno vuelo, han tenido que mandar al FBI para investigar los hechos.
Los
niños antiguos se llevaban pescozones a penas se descuidaran. No era raro
encontrar a una madre zapatilla en ristre amenazando a su hijo por el pasillo;
el que se fumaba las clases, el que le quitaba el balón al primo, el que le
escupía a los viandantes por la ventana. No digo que estuviese bien, solo
constato un hecho. Nadie se rasgaba las vestiduras por las amenazas, a no ser
que el asunto fuese a mayores.
Hasta
en el colegio te amenazaban.
El
asunto es que ahora ya no se amenaza a los niños con zapatilla al portarse mal,
sino que se les manda a un rincón a pensar. Y yo me pregunto: ¿De verdad
piensan?¿En qué piensan en el rincón? ¿Se dedicarán a recapacitar sobre el castigo o se dedicaran
a imaginar cualquier cosa? ¿Quizá se enfurruñen más todavía con sus padres por
tenerlos inmóviles durante tanto tiempo? No lo sé, lo que sí sé es que ahora,
cómo se te ocurra reñir a un niño en pleno vuelo y no quede claro el espacio
aéreo en el que te encuentras, no sabrán si acudir los Mossos d´Escuadra, la Ertzaintza o la Guardia Civil, hasta te
podrían enviar a la Interpol si hay turbulencias y el avión se desplaza
demasiado.
Siento
haber pertenecido a una generación en la que todo castigo consistía en ver a tu
madre amenazándote con zapatilla en alto.
Quizá
el asunto de Brad haya sido importante y no lo conozcamos bien, pero que con
todo lo que le está sucediendo a los niños en estos momentos, nos interesemos
por el espacio aéreo en el que se produjo la riña del padre al hijo me
demuestra que nuestra sociedad está muy, pero que muy enferma.
Algún
día habrá una civilización que se tronche de risa de la nuestra, del trato a
los niños de un lado y de otro, del
cinismo, de la doble moral. Pero para entonces estaremos en el más allá, como
en el más allá están los que montaban el espectáculo de los leones y los
cristianos en Roma.
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