Todavía
recuerdo cuando un locutor de TV informaba sobre la búsqueda de Roldan al
desaparecer con el dinero de los huérfanos de la guardia civil y de los fondos
reservados. Se iniciaban los años noventa: “Spottorno, lastima de hijo”, decía
una voz en off, “buscando a Roldan en el aeropuerto de Laos con los papeles” mientras
la imagen del telediario nos mostraba a un desalentado embajador entonces y
familia de Spottorno (imputado tarjetas black), deambulaba por aeropuertos con un portafolios.
Me
encontraba en Londres pasando un fin de semana por aquellas fechas, y me
impresionó muchísimo cuando me dieron el periódico en el avión con la noticia. La fuga del director
de la guardia civil, sus mentiras, su enriquecimiento desmesurado, sus miles de
títulos universitarios de los más variopintos y contradictorios, su
desenfrenada vida tapándose con un osito de peluche o algo parecido, mientras
compartía orgías con vete tú a saber quién, hicieron que ni siquiera notara las turbulencias del vuelo.
Han
pasado los años y de la misma forma que cuando asesinaron a Kennedy estaba
segura de que algún día me iba a enterar de la verdad porque tenía toda una vida por
delante, y con el 23F, y con otros
asuntillos, parece ser que con Roldán al fin todo está
nítido, y esa nitidez ha causado un revuelo en mi cordura tal que ahora
veo tramas oscuras hasta en los contenedores de basura.
Según
escuché en la tele la otra noche, durante aquellos días en los que Spotorno
recorría aeropuertos; Roldán, Paesa y otro que iba de poli, viajaban en un
avión privado que pagaba Roldan, consumiendo caviar y Champán, para dar el pego
de que lo habían pillado en Laos gracias a un policía chino que ni era policía,
ni chino, ni tenía nada que ver con el caso.
Paesa
se quedó con el dinero que había conseguido Roldan en su aplicadita vida de
político corrupto, y se montó una esquela para que nadie le volviese a hacer la
cusqui buscándolo por loa aeropuertos vestido de chino o etíope, que puesto a disfrazarse da igual.
Ahora
resulta que Paesa vendió armas a la ETA con chips incluidos para tenerlos
vigilados, (no es mala idea, lo reconozco).
Paesa ayudó en el asunto de los Gal, Paesa murió y resucitó, se quedó con todo el dinero y ahora ha
escrito un libro en el que lo cuenta
todo con pelos y señales.
La
verdad es que lo agradezco porque eso de no enterarte de nada de lo que ocurre
a tu alrededor deja un regustillo a manipulación, novela negra, tramas
enrevesadas y falta de información, que te hace sentirte engañado desde que
naces hasta que te llega la hora, vamos,
que mueres de verdad, no como Paesa.
El
problema ahora es que desde que conozco todo el entramado de Roldan, Spottorno,
Paesa y el chino, ya no me fió de nadie. Tengo una especie de manía
persecutoria y creo que todo es mentira, hasta los semáforos.
Si la marcha verde fue un timo para poder entregar
el Sahara, si Arabia Saudí financió la caída de las torres gemelas, si el
hombre no llegó nunca a la luna, si se pueden vender armas con chips incluidos
y no sabemos dónde están todos los yihadistas que
montan masacres en el mundo.¿Qué está pasando aquí?
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