
El Tribunal Superior de Justicia de cataluña determina improcedente despedir a un empleado por llamar "hijo de puta" a su jefe, ya que el término es de uso corriente.
"El insulto es sincero siempre, el elogio puede ser interesado"
A lo mejor es por eso por lo que lo ha determinado el Tribunal.
Una vez leí que en algunas fábricas japonesas les dan unos minutos de descanso a los empleados, para que puedan arrojar piedras a muñecos con las caras de sus jefes. Dicen que de esa forma se descarga mucha adrenalina.
Madre mía, si se entera el Tribunal de justicia de cataluña y dice que se dejen de muñecos, que mejor directamente a los jefes. Quita, quita.
1 comentario:
Pues no sé, hay quien dice que los que escriben novelas lo hacen para desahogarse...
:-)
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