sábado, 8 de enero de 2022

GARZÓN Y LAS MACROGRANJAS

 

                                              

                                              

 

 

 

 

 

Vaya por delante que no entiendo de granjas ni de macrogranjas, pero empiezo a entender el miedo de Pedro Sánchez a gobernar con Podemos. Podemos no es un socio de gobierno, es la oposición cobrando como gobierno. Su sueldo lo pagamos todos los españoles y sin embargo ellos en vez de contribuir a proponer leyes y proyectos se dedican a criticar, hacerse oposición a sí mismos. 

Es algo complicado.

Convocan manifestaciones delante del congreso para oponerse a algo que acaban de votar con el gobierno, como miembros del mismo. Atacan a la policía, que está para defender las normas del gobierno, o sea emanadas de ellos, sí mismos. Y les atacan con su propio personal de seguridad (Pablo Iglesias en Vallecas). Y no contentos con eso, conceden entrevistas a medios de comunicación extranjeros para poner a caldo las medidas que se supone han tomado ellos como miembros de ese gobierno surrealista al que pertenecen.

Son los dirigentes de un país al que a la vez cuestionan; o sea a ellos mismos.

Y lo gordo es que todavía no sé si esto es surrealista o entra de lleno en la física cuántica. “Estar y no estar gobernando”. “Estar y no estar oponiéndose” Cobrar por gobernar y por criticar lo que sale delgobierno.

Decididamente esto no es paranoia, esto no es esquizofrenia, esto es ... ¿cuántico? ¿Algo así como el gato de schrödinger? Ese gato que está vivo y muerto a la vez. ¿Cómo no nos habíamos dado cuenta antes?

Qué buen ejemplo para explicar a nuestros alumnos esa materia física tan farragosa. Garzón, queridos niños, es el mismísimo “gato de schrödinger”. ¿Lo veis claro ahora?

En el mundo poco intuitivo de la física cuántica, no se puede saber con certeza qué estado tiene una partícula y donde se encuentra hasta que interactuamos con ella. El gato, al igual que Garzón, está y no está al mismo tiempo. Es una paradoja de superposiciones.

Y como he dicho, no entiendo de granjas. Pero de ser tan insalubres como aseguran, ¿qué ha hecho Garzon y sus Podemitas para evitarlo durante su cogobernanza?


jueves, 6 de enero de 2022

SE ACABÓ LA NAVIDAD

                                  

 

 


 

 

Terminan las fiestas navideñas. Los Reyes Magos ya han entregado sus regalos, los han dejado con mucho cuidado dentro de unos zapatos y se han marchado en sus camellos.  Han regresado ligeros de equipaje, sin una estrella a la que seguir, libres para volver a oriente o a una playa paradisiaca. Ya han cumplido su misión por este año, como la hemos cumplido todos queriéndonos mucho.

A partir de mañana todo volverá a ser real.

Ramón lucha entre la vida y la muerte en una UCI porque era Navidad y en Navidad debe reunirse la familia, porque al abuelo no se le puede dejar solo en esas fechas, sería incorrecto. Sus nietos son negacionistas porque todo esto es un montaje, y cenaron con él, y le abrazaron, y se burlaron un poco de sus achaques de quimio y de su debilidad. Pero todo eso no importaba porque es Navidad y él es viejo. ¿Acaso en Navidad no nos queremos todos?, se nota en los langostinos, en el cava, en el cordero y en el turrón. Navidad es reunión y se reúnen los que se aman y los que se detestan, el tío bohemio que no tienen a donde ir, las tías solteras o viudas, el amigo recién separado y la madre de la novia del niño que no tiene dónde pasar ese día, porque ese día precisamente, se siente sola, porque las lucecitas del árbol de plástico y los villancicos le traen recuerdos de naftalina. Y alguien trabaja mucho para que todo salga muy bien y se quieran los comensales.  

La reunión familiar es para que olvidemos lo solos que estamos, las heridas incrustadas durante tantos años que salen a relucir por una simple copa de cava. Los demás días da lo mismo porque no hay villancicos, ni luces en las calles, ni fiestas falsas y los que se sienten muy solos juegan al bingo o buscan bullicio para olvidar. Por eso, en torno a esa  mesa que ha preparado alguien muy cansado, se reúnen los  egoístas y los violentos, los manipuladores y los que tienen heridas antiguas que esperan sacar adelante precisamente ese día, cuando todos levanten  la copa en señal de amor incondicional. Se reúnen porque la Navidad tiene eso, que congrega y confronta.

Ramón está en la UCI, luchando entre la vida y la muerte, porque sus nietos se fueron una semana antes a una casa rural a celebrar que el virus no existe, o los que no existen son los viejos, algo de eso celebraron. Ellos vitorearon una semana antes su vacío, su necesidad de tapar esos agujeros negros que los engullen. Los nietos de Ramón no se vacunaron porque son libres, porque nadie les tiene que decir cómo llevar su vida.  Se reúnen sin mascarilla porque son independientes y visitan al abuelo enfermo porque es Navidad y porque les da lo mismo lo que puedan contagiar. Ellos son jóvenes, y sus padres no saben decirles que existe algo que se parece al respeto y al cariño, sea Navidad o Miércoles Santo. Porque lo que importa no son las fechas ni los días señalados en el calendario, sino una personalidad madura y un carácter fraguado año tras año por padres responsables.  

Ramón se muere y los Reyes Magos ya han dejado sus regalos dentro de cada zapato. Mañana todo dará lo mismo, porque se acabó la Navidad.