Hola
chicos:
Quería
agradecer vuestro esfuerzo al apoyar la iniciativa de Narval “Para fomentar la
lectura y pedir aportaciones para la continuidad de la novela: Gus y la casa
voladora”. Las
he estado leyendo y lo he pasado muy bien, me he reído a carcajadas. Sois
creativos, originales, espabilados y muy maduros. La verdad es que me habéis
sorprendido porque una os ve todavía pequeños y no se acuerda de lo listos que
podéis ser y de lo mucho que sois capaces de enseñar a los mayores.
Gracias
por recordarme que no hay nada más satisfactorio que escribir para vosotros. Exige
un gran esfuerzo porque no os conformáis con cualquier cosa, porque sois
sinceros y espontáneos y porque es muy difícil engañaros. Por eso y porque me
hicisteis pasar una tarde estupenda, es por lo que, al igual que me regalasteis
vuestras palabras en un cuaderno y en una postal preciosa, yo os regalo las
mías en este blog que utilizo para enfadarme, reírme, recordar, probar relatos
y colgar fotos.
Me preguntasteis
de todo: si vendía muchos libros, si era difícil publicar, si había conseguido algún premio,
si ganaba suficiente con la literatura. Incluso me sonsacasteis la edad. Con
vosotros ya se sabe, nadie queda impune. Os conté mis frustraciones, mi lucha,
mis alegrías, mi pasión por la lectura, cómo conseguía que se me pasaran los
disgustos solo con ponerme delante de un folio. Os animé a que me imitarais,
que empezaseis leyendo y que ya veríais qué bien se resolvían los problemas. Os
animé a mirar con curiosidad, a escuchar mucho, a no echar en saco roto las
historias que os cuente vuestra familia, porque esa es vuestra historia.
También os animé a reíros de vosotros mismos y a escribir cuando se acerquen los
nubarrones (solos, sin que nadie lo sepa, sin pensar, con escritura espontánea,
sin preocuparos por los acentos, las comas, los puntos. Os animé a soltar lo
oscuro)
Vosotros
me enseñasteis la frescura, las ganas de colaborar, de escuchar, de aprender,
de curiosear.
Cuando
regresaba a casa después de firmaros los libros, comprendí por qué nunca se
olvida a los amigos de entonces, los amores de entonces, los juegos o la música
de entonces. Porque ese entonces que ahora es vuestro presente, va a permanecer
vivo durante el resto de vuestras vidas. Quizá porque nunca seremos amigos tan
sinceros, amores tan leales, alumnos tan entregados, jugadores tan enérgicos y tan
entusiastas como en esos años.
Un
abrazo muy fuerte para vosotros por recordarme quién fui, porque de esta forma
nunca olvidaré del todo a esa niña que un día, ya muy lejano, también acudía
cargada con una cartera al colegio y miraba la vida como si acabaran de sacarla
del horno.