sábado, 22 de enero de 2011

UN CUENTO SOBRE SENTIMIENTOS


La soberbia, el miedo, la avaricia, el amor, el respeto y todos esos sentimientos, son saltamontes nerviosos que saltan de un lado para otro y se esconden para sorprendernos. Que no tienen cara, ni pelo, ni andan encorvados, ni llevan gafas. No tienen nombre ni se están quietos. Por eso hay que estar muy atentos para descubrirlos
En Arionzas, un pueblo lejano, más allá de las montañas verdes, cerca de la desembocadura de un río, cuando no hay nubes y el aire empieza a enfriarse, se les puede ver saltar de un cuerpo a otro.
Esa amiga que hoy te apoya y se preocupa por ti, la que te llama y te escucha, mañana puede darte la espaldad, criticarte, pedirte explicaciones, ningunearte. Porque la generosidad y el cariño han saltado de su cuerpo y ese hueco lo ha ocupado la avaricia y la maledicencia. Y el orgullo se ha metido despacito en el hermano que más querías y te clava una daga por la espalda.
En Arionzas se saben esas cosas por los días claros y fríos de primeros de septiembre. Pero en la ciudad, no. Por eso piensan que sus amigos, o sus hermanos, o sus compañeros, les traicionan, y por eso sufren, y se aíslan.
Cómo les gustaría a los habitantes de Arionzas explicarle a los cegatos de la ciudad que no es su amigo, o su hermano, o su compañero los que traicionan, que son los sentimientos que no logran estarse quietos, y que debemos buscarlos por todas partes y desenmascararlos. Y explicarles, sobre todo, que el más peligroso es el rencor, que va a todas partes con cama plegable y mochila. Por eso hay que saber echarlo con cajas destempladas antes de que tome posiciones y te destruya.

5 comentarios:

leo dijo...

Es un cuento para empezar el día. ¿Dónde dices que está ese pueblo?
Hay otro bichito, el perdón, que le tiene la guerra declarada al rencor. Lo malo es que el orgullo le quita la comida del plato en cuando mira para otro lado.
...Y mientras tanto las personas, como tontas, llenas de pasión inútil, convencidas de que esa guerra de bichitos es la nuestra...
Pa habennos matao.
Me encanta la foto. Epi y Coco con cara de malotes son geniales. Un besote y feliz fin de semana.

Sir John More dijo...

Oye, pues a mí me da que los pobrecitos sentimientos no tienen culpa de nada, que somos todos, los amigos, los primos, hermanos y tíos los que, por puro afán de protagonismo, nos ponemos a sentir como verdaderos locos; con lo fácil que sería dejarse llevar por las ganas de pasarlo bien... Besos, cuentista.

Luis de Luis dijo...

Hola Carmen,
Aquí Luis de Luis, ¿que tal va todo?
Una cosa: ¿como podemos ponernos en contacto?
Jose Miguel Panizo acaba de sacar un libro y te quería dar un ejemplar de su retoño.
.

carmen dijo...

Exactamente, Leo, la guerra de bichitos no es nuestra, se nos meten si no estamos al tanto.
Sir, lo normal sería dejarnos llevar por las ganas de pasarlo bien, pero somos masoquistas y nos gusta recordar lo malo. Tienes razón , la culpa nuestra.(Toa, toa)
Luis, estoy deseando leer el libro. Envíalo cuanto antes.
Perdón a los tres, por contestar tan tarde, ultimamente no entro ni en el blog ni en ningún lado. He estado un poco liada.
Ya estoy aquí y voy a empezar las visitas de nuevo a mis blogs preferidos. Espero que me recibáis con té y pastas.

carmen dijo...

Exactamente, Leo, la guerra de bichitos no es nuestra, se nos meten si no estamos al tanto.
Sir, lo normal sería dejarnos llevar por las ganas de pasarlo bien, pero somos masoquistas y nos gusta recordar lo malo. Tienes razón , la culpa nuestra.(Toa, toa)
Luis, estoy deseando leer el libro. Envíalo cuanto antes.
Perdón a los tres, por contestar tan tarde, ultimamente no entro ni en el blog ni en ningún lado. He estado un poco liada.
Ya estoy aquí y voy a empezar las visitas de nuevo a mis blogs preferidos. Espero que me recibáis con té y pastas.