martes, 28 de agosto de 2012

SOUVENIR PARA LOS HOMBRES DE NEGRO







Mi tía Paquita está convencida de que los hombres de negro lo van a solucionar todo.
“No te creas, tía”, le digo condescendiente, “vienen a controlarnos antes de prestarnos ayuda”
“Por eso lo arreglarán, porque se juegan su dinero.”
Luego se sube las gafas y continúa:
“Por de pronto han dicho que se controle los sueldos de los directivos de los bancos, que se desblinde lo que sea menester, que no se pague con dinero público las inversiones privadas.” “¿Lo han dicho o no?”, me espeta sin levantar la vista del ganchillo.
Estoy asombrada de lo puesta que está en economía.
“Sí, pero también exigen que suban los impuestos, que bajen el sueldo a los funcionarios, a los pensionistas, a los parados”
La tía Paquita ronronea un rato, tiene costumbre de hacerlo cuando se queda sin argumentos. Al fin decide obviar el mío y prosigue:
“Ellos acabarán con las autonomías, con los miles de políticos innecesarios, con los asesores, con los aeropuertos fantasma, con los consejeros, con las embajadas autonómicas, con la ingeniería financiera y con Vodafone.” Está obsesionada porque no entiende la factura y cada día sube más. Se huele que le cobran por la línea de su abuelo fallecido en acto de servicio allá por los años sesenta, pero no puede hacer nada porque no la entiende.
Tiene pleitos abiertos contra Tráfico por multas de aparcamiento sin haber conducido en su vida, contra el cartero por decir que entrega citaciones sin entregarlas, contra el Boletín oficial de la Provincia porque dicen que ahí se publica todo y que si no lo ha leído, se siente. Por haberla embargado sin saber por qué, ni cómo, ni cuándo estuvo ella en Miraflores de la sierra montando escándalo público.
Dice que todo esto es un sinvivir y que o llegan pronto los hombres de negro o la dejan en el chasis. Luego llora, aspira hondo y se suena los mocos. Le cuento que en Grecia están por llevarse el Partenón. Insiste en que ella donaría gustosa la Cibeles con tal de que los hombres de negro pusieran orden en esta país. “Ya verás cuando vean a Gordillo llevándose carros de comida, a Ruiz Mateos haciendo la pedorreta a la justicia, a los Gürtel y a los Brugual, los ERES falsos... Porque no solo la Cibeles sino la Puerta de Alcalá vendería yo con tal de acabar con tanta indefensión. “
dice, y luego se asoma a la terraza para ver si ya han llegado.


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