sábado, 15 de octubre de 2022

EL DISGUSTO DE LAS MOMIAS

 

 


 

 

 

Esta mañana he ido a ver momias: una exposición en CaixaForum. La muestra explora la idea de momificación y analiza a seis personas que vivieron en el antiguo Egipto. Ellos se momificaron para sobrevivir a la muerte y conducir el cuerpo al más allá. Resulta que con los adelantos actuales se pueden conocer hasta las caries que tenían los Tutankamones y las clases pudientes de la época, me refiero a los ricos del antiguo Egipto. Tan solo con hacer una especie de resonancia magnética a los sarcófagos, se pueden contemplar capas y más capas hasta que sale el esqueleto. Se le van descubriendo las vendas, los huesos, las arterias. Se descubren las enfermedades que los llevaron a morir y la edad. Se conoce si la momia pertenece a un enfermo de corazón, uno de cáncer de pulmón que hizo metástasis en los huesos, si tenía arterioesclerosis, caries, y hasta mala idea. Si ellos hubiesen sabido que después de todo la parafernalia del entierro, embalsamamiento, recoger amuletos y prendas queridas para tenerlas al despertar, en vez de ir al más allá, iban a  acabar en un museo siendo observados por descendientes de cuatro mil años más, cargados de móviles para fotografiarlos, estoy segura de que les hubiese sentado fatal.

 Me alegro de que ahora nos incineren y aquí paz y después gloria. Aunque me cuesta entender que después de ponerse de moda entregar nuestro cuerpo a las llamas y esparcirlas por lugares inexplicables como campos de futbol, mares proceloso, o plazas de toros, nos preocupe tanto encontrar el cadáver de un antepasado: un tatarabuelo, pongo por caso, siendo capaces de destruir una iglesia, un sanatorio o vete tú a saber qué, para buscarlo, desenterrarlo, incinerarlo y esparcirlo.

Supongo que todo esto tiene lugar por las creencias. Veo el cuerpo como un traje que utilizamos un tiempo, como el capullo de un gusano de seda del que un día nos desprenderemos para transitar por otra dimensión, por el cielo, por el Nirvana, o por ningún lado, pero solo algo que cobijó el ser que ya no está. Por eso, la experiencia de esta mañana me ha dado mucho qué pensar.

 


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