Me parece bien que cada uno vote
a quién le merezca más confianza o encaje mejor con sus creencias e ideales,
pero lo que no soporto son las manipulaciones y los trilerismos.
Somos adultos y sabemos o
deberíamos saber, que estar en el centro no es ser un ambiguo. Aristóteles dijo
que en el término medio está la virtud, y desde el 384 a C, nadie ha
venido a demostrar lo contrario. Si han
estado intercalándose en el poder tanto la Izquierda como la Derecha, significa
que hay una gran masa que se fija más en cómo se ha gobernado, qué en sus
vísceras, que valoran qué ética ha mantenido el gobierno en funciones, que se
dejan de amores incondicionales, y que ese es el motivo de que la balanza haya
oscilado de un lado a otro durante tanto tiempo.
Uno puede ser de Izquierdas en el
corazón pero no cerrar los ojos cuando ve embolsarse dinero de cursos de formación y parados a sus dirigentes,
o por lo menos, ver como hacen la vista gorda. Se puede ser de Derechas en
principios e ideas, pero no ponerse una venda en los ojos cuando ven cómo se
han ido llevando el dinero unos y otros ante la pasividad de sus gobernantes.
Se puede ser muy religioso pero comprobar cómo el líder del partido, religioso
donde los haya, y convocante de manifestaciones sobre el cambio de la ley del
aborto, deja el tema con una mayoría absoluta en su poder (que quizá nunca más
tendrá) “para ya veremos cuándo, que no quiero perder votos”. Han engañado a
sus votantes y sin embargo se atreven a
asustarnos por no votarles a ellos. “Quemarán iglesias, nos dicen, pactaran con
los enemigos, nos dejaran sin papel higiénico como en Venezuela….”
Se pueden ser muchas cosas menos
fanáticos y borregos.
Ahora hay que
cargarse a Ciudadanos porque nos venden la farsa de que no se aclaran y que el voto de Ciudadanos es
un voto perdido. Pues mire usted, yo lo
único que tengo claro de esa formación es que no traga ni por la corrupción ni
por el independentismo. Que ya que no obtienen votos suficientes para gobernar,
están dispuestos a pactar con Izquierdas o con Derechas siempre que no haya
corrupción ni independentismo. ¿Se puede ser más claro? Porque a muchos
españoles no se les caen los anillos, ni se rasgan las vestiduras ante una u
otra opción, siempre que no se fragmente el estado y no nos dejen en el chasis económico
de forma impune. Porque así, a lo mejor,
nos evitamos otro rescate como el de de las cajas (si no lo nombro me sale un
sarpullido). Prestamos todos los españoles cincuenta y un mil millones de euros, yo creo
que más pero eso dice hoy El País, y solo se han devuelto alrededor de dos mil,
ni se esperan más devoluciones, sin responsabilidades ni censuras.
Si me dicen que votar a
Ciudadanos es tirar el voto a la basura, votar a los independentistas y a los
ladrones ¿qué es? ¿útil?
Bueno, oye, que cada uno vote a
quién quiera, pero que no se dejen embaucar por el miedo, y que no se quejen si
les birlan cincuenta y un mil millones de euros (estoy convencida de que fueron
más) que han salido y están saliendo; de
la sanidad, de la enseñanza, de los sueldos, de las pensiones, de las
indemnizaciones por despido. En fin, de lo que queda en este momento y de lo que
pueda quedar en breve.
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