jueves, 12 de marzo de 2009

Lo inesperado


Dice Marga que lo mejor ante una agresión es despistar al enemigo. Dice que si reaccionas de forma extraña, lo desconciertas, y se queda como atontado. La verdad, no me he fiado mucho y le he pedido que ampliara su afirmación, que me diese pruebas.
Me ha contado que en una ocasión ella y su hermana perseguían a una cucaracha por el pasillo de su casa, y que de pronto, la cucaracha se paró en seco, se dio la vuelta, y empezó a perseguirlas a ellas. Fue entonces cuando soltaron la escoba y salieron corriendo.
Me pongo a pensar y lo encuentro lógico. No es que me aterroricen las cucarachas en sí, pero si se hacen fuertes y se me encaran, me muero de pánico. Se trata solo de hacer lo que nadie espera.
Me he acordado entonces de que siendo pequeña se presentó un exhibicionista en la parada del autobús del colegio, y una compañera que no veía tres en un burro, se acercó la mar de ilusionada a ver que era lo que ese hombre enseñaba. El tío al verla acercarse con tanto interés y con las gafas puestas, salió corriendo perseguido muy de cerca por la miope.
Ahora lo comprendo todo. Es que hay que echarle valor a la vida.
Lo que nadie espera.

1 comentario:

leo dijo...

Pues sí. ¿Crees que sucederá también a la inversa: que si invitas a las cucarachas a café con leche terminarán por marcharse, desconcertadas?
Yo creo que el secreto está en vencer al miedo, que es el que nos impide sorprender y sorprendernos, y ser valientes.
Me ha gustado muchísimo, Carmencita. Un beso grande.