martes, 21 de febrero de 2012

LA TRISTE HISTORIA DE OSWALDO, EL AHORRADOR








Oswaldo había conseguido ahorrar. Era la primera vez en toda su vida que no gastaba todo lo que tenía. Su novia, Catalina se lo había advertido:
-Mira, Oswaldo, o ahorras o te dejo.
Y ahorró, vamos que si ahorró.
Llegó a conseguir meter en un plazo fijo treinta mil euros, comprar participaciones preferentes al siete por cien por otros treinta mil, y hacerse un plan de pensiones garantizado “Por lo que pueda pasar en el futuro, Oswaldo, que la vida tiene muchos altibajos y hay que estar preparados”, había dicho Catalina.
Fue un esfuerzo denodado porque lo que a él le gustaba de verdad era viajar, o hacer surfing en Tarifa.
El caso es que se tuvo que contener por amor.
Un día le dijeron en el banco que de las preferentes nada, que no las quería nadie y que como no las iba a poder vender, lo mejor era cambiarlas por obligaciones a treinta años canjeables por acciones del banco pagaderas en el siglo XXX.
Del plan de pensiones menos, porque las garantizaba el banco, y el banco iba de ala.
Posteriormente a Oswaldo le bajaron el sueldo, le subieron los impuestos directos e indirectos, y cuando preguntó el motivo le explicaron que era para reponer en el banco los treinta mil euros que él había depositado con tanta ilusión en un plazo fijo. Que ese dinero, mire usted, se lo habían gastado y ahora era él, Oswaldo, el que debía reponerlos con su bajada de sueldo, su subida de impuestos y su contrato basura.
-El Estado no puede permitir que el banco se quede sin dinero para hacer frente a su deposito. ¿No lo comprende?
No, no lo comprendía.
-¿Se gastaron mi dinero y debo ser yo el que con mi trabajo lo reponga.
-Pues claro, hombre ¡qué pensaba? Peor es para los que no metieron dinero y también tienen que reponer. ¡Privilegiado, más que privilegiado!
A partir de ese día Oswaldo trabaja para llenar agujeros, los suyos y los ajenos. El FROP le deja dinero al banco siempre que a Oswaldo le bajen el sueldo y le suban los impuestos, y Oswaldo que considera que ya ha pagado con creces su deposito, se niega a seguir sufriendo recortes porque dice que esto no tiene fin.
El agujero crece, Oswaldo disminuye, el FROP exige, y los administradores de los bancos, los responsables del banco de España encargados de vigilar las actividades bancarias y los auditores, viajan felices, y hacen surfing en Tarifa, sin responsabilidades, y sin ápice de vergüenza.
Y tal es ¡oh, banquero afortunado! –continuó Schehrazada-, la historia de Oswaldo, novio de Catalina.

2 comentarios:

Unknown dijo...

Es impresionante. Y ahí se van, lo unos con indemnizaciones millonarias y los otros con ERES, Reptiles, y lo que se les ponga por delante.
Yo ya no pido cárcel, pero al menos inhabilitación de por vida para cargo público no estaría mal. En fin, que yo también soy Oswaldo.
Besos

carmen dijo...

Todos somos Oswaldo. Eso es lo peliagudo.