sábado, 15 de septiembre de 2018

SÁNCHEZ Y EL TRACTATUS






Llueve “Detrás de los cristales llueve y llueve” (entrecomillo para no faltar). 
Desde hace una semana anuncian tormentas y lluvias en Alicante. No he dejado de bajar a la playa ni un solo día. Si ha llovido, ha sido de forma tan tenue que en minutos se han secado los charcos. Puestos a no fiarme de nadie he organizado una cena en la terraza esta noche y por desgracia se han cumplido por fin los constantes y permanentes vaticinios de la Agencia Estatal de Meteorología: llueve. 
Vivir en “una nación de naciones” (vuelvo a entrecomillar) en la que las noticias falsas, la falta de escrupulosidad y el mangoneo es común, tiene eso, que una ya no se fía ni del AEMET, ni de los títulos universitarios, ni de las imputaciones de la fiscalía, ni de las sentencias judiciales, ni de las noticias de la prensa, ni de las promesas de los políticos, ni de lo dicho en las redes sociales, ni siquiera de la hora de recogida de basura. Es un continuo dudar de todo y de todos que te mantiene en estado de insomnio galopante y muy perjudicial para la salud. Duermo mal y me despierto como desmesurada, ya ni siquiera tengo claro si inventarte un título y colocarlo en el currículo es lo mismo que haberlo conseguido con el beneplácito de los catedráticos y la universidad. 
Si mi tía Remedios hubiese sido parlamentaria, le habrían puesto una moción de censura por engañar con la edad. Ella era así, le gustaba descontarse
 años en vez de cumplirlos. Murió con diecinueve, rodeada de hijos y nietos, pero eso es otra historia.
Yo a Sánchez le hubiera concedido el Cum Laude por profundo. Tiene frases certeras y con enjundia que lo han acompañado en su lento pero certero peregrinar hasta la cima. “No, es no”, pongo por caso.  Cuando lo soltó solo tenía dos opciones si no quería nuevas elecciones, o se aliaba con los separatistas o con la derecha; no había más lana que cortar. Él soltaba la frase y se quedaba tan pancho, como muy sobrado. Era como leer a Wittgensein y el Tractatus: podías pasar noches en vela tratando de descifrar el enigma y no lo lograbas. 
¿Acaso no merece eso un Cum Laude con corona de laurel y cantos de lira? 
Ahora repite cual mantra que se necesita dialogo con los separatistas, aunque ellos han repetido hasta la saciedad que solo admiten dialogo partiendo de la autodeterminación y de la proclamación de la Republica catalana. Oye, pues el tío “dale perico al torno”. ¿Es hábil para conseguir que nadie se ponga a analizar sus frases? ¿Se merece un Cum Laude?  Pues claro que sí, y si por fin llueve y caen chuzos de punta, no es más que lo que nos hemos buscado, porque saber lo que quiere, lo sabe. A los que nos faltan entendederas es a nosotros, al resto, a los demás.

No hay comentarios: