jueves, 4 de agosto de 2022

EL PODER DE LA MENTE

 

 

                                              


 

 

 

 

Leo que Uri Geller le declara la guerra mental a Putin y amenaza con desviar sus misiles. Dice que lo piensa hacer con la misma fuerza con la que doblaba las cuchararillas. 

Me ha hecho ilusión, la verdad. Parece ser que en vez de armas de destrucción masiva se van a utilizar ahora armas mentales. Es que el peligro es inminente, dice. Ha escuchado que las bases navales en la costa oeste de Escocia están particularmente en riesgo. No sé si es por esa zona dónde se halla el monstruo del lago Ness, pero en cualquier caso, la amenaza es muy seria, y Uri no está dispuesta a pasarla por alto. Hace un llamamiento a todas las personas amantes de la paz en el mundo, para que imaginen un campo de energía radiante durante cinco segundos al día, y actuará como un escudo dorado protector del cielo sobre el que rebotará cualquier misil nuclear que lance Putin. 

No me lo invento. Lo ha dicho.

Es tan alucinante el poder de la mente, según él, que he decidido hacer lo mismo con aquellos que abominen de la estupidez humana, que nos concentremos para crear un escudo dorado sobre la Moncloa, y que todas las decisiones estrambóticas que salgan de su inquilino, se vuelvan contra él. Y ya puestos, contra cualquier político medroso, que por no crear tensión, se trague todo lo que salga del gobierno. Porque a partir de ese momento, si sale bien el invento, nos podríamos concentrar en las puertas de las casas “okupadas” para que las leyes que protegen a los invasores, se tornen protectoras para los invadidos. Que en los comercios baje la temperatura de 27º, que los dirigentes sin corbata se asen en su propia estupidez, que las menstruantes y los eyaculantes se definan a sí mismos como lerdos totales en un acto de reconocimiento subliminal. “Todes”, absolutamente “todes”, sometidos al poder de la mente de unos pocos iluminatis con la cabeza en su sitio. 

Crearemos un muro de luz que mantendría alejados del resto a la “Matria” y a sus descendientes. Podríamos cambiar el mundo o, por lo menos, España. Quizá con solo enviar a un ángel exterminador de chorradas, consigamos que se haga la luz en el gobierno y vea, como le ocurrió a San Pablo al caerse del caballo, la luz, la verdad, el ying y el yang de la pérdida de votos. Que pueda ver que no se resuelve nada cambiando a Ábalos ni a Adriana Lastra. Es, como dicen los andaluces; “mu sensillito” 

Aunque con suerte para ellos, la oposición se quede ciega y muda también, y decida no meterse con los ERES de Andalucía, porque el PSOE no es corrupto, aunque el PP sí, y facha, y nazi, pero el PSOE no, faltaría más. 

Uri, dime cómo se hace eso de la concentración mental porque tal y como se está poniendo la política y la oposición ya no tenemos ni dónde agarrarnos. ¿Hay que empezar con cucharillas o vale yendo a la yugular directamente?

 

 

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