domingo, 9 de marzo de 2008

COSAS DE LA ANTIGÜEDAD


Busco documentación para una novela y me encuentro con esta joya.

Ahí va. Marchando Sección Femenina.


Extractos de Sección Femenina de la Falange Española y de las JONS -partido único del Movimiento Nacional- editado en 1958.


Ten preparada una comida deliciosa para cuando él regrese del trabajo. Especialmente, su plato favorito. Ofrécete a quitarle los zapatos. Habla en tono bajo, relajado y placentero.
Prepárate: retoca tu maquillaje, coloca una cinta en tu cabello. Hazte un poco más interesante para él. Su duro día de trabajo quizá necesite de un poco de ánimo, y uno de tus deberes es proporcionárselo.
Durante los días más fríos deberías preparar y encender un fuego en la chimenea para que él se relaje frente a él. Después de todo, preocuparse por su comodidad te proporcionará una satisfacción personal inmensa.
Minimiza cualquier ruido. En el momento de su llegada, elimina zumbidos de lavadora o aspirador. Salúdale con una cálida sonrisa y demuéstrale tu deseo por complacerle. Escúchale, déjale hablar primero; recuerda que sus temas de conversación son más importantes que los tuyos.
Nunca te quejes si llega tarde, o si sale a cenar o a otros lugares de diversión sin ti. Intenta, en cambio, comprender su mundo de tensión y estrés, y sus necesidades reales. Haz que se sienta a gusto, que repose en un sillón cómodo, o que se acueste en la recámara. Ten preparada una bebida fría o caliente para él. No le pidas explicaciones acerca de sus acciones o cuestiones, su juicio o integridad. Recuerda que es el amo de la casa.
Anima a tu marido a poner en práctica sus aficiones e intereses y sírvele de apoyo sin ser excesivamente insistente. Si tú tienes alguna afición, intenta no aburrirle hablándole de ésta, ya que los intereses de las mujeres son triviales comparados con los de los hombres. Al final de la tarde, limpia la casa para que esté limpia de nuevo en la mañana. Prevé las necesidades que tendrá a la hora del desayuno. El desayuno es vital para tu marido si debe enfrentarse al mundo interior con talante positivo.
Una vez que ambos os hayáis retirado a la habitación, prepárate para la cama lo antes posible, teniendo en cuenta que, aunque la higiene femenina es de máxima importancia, tu marido no quiere esperar para ir al baño. Recuerda que debes tener un aspecto inmejorable a la hora de ir a la cama... si debes aplicarte crema facial o rulos para el cabello, espera hasta que él esté dormido, ya que eso podría resultar chocante para un hombre a última hora de la noche.
En cuanto respecta a la posibilidad de relaciones íntimas con tu marido, es importante recordar tus obligaciones matrimoniales: si él siente la necesidad de dormir, que sea así, no le presiones o estimules la intimidad. Si tu marido sugiere la unión, entonces accede humildemente, teniendo siempre en cuenta que su satisfacción es más importante que la de una mujer. Cuando alcance el momento culminante, un pequeño gemido por tu parte es suficiente para indicar cualquier goce que haya podido experimentar. Si tu marido te pidiera prácticas sexuales inusuales, sé obediente y no te quejes. Es probable que tu marido caiga entonces en un sueño profundo, así que acomódate la ropa, refréscate y aplícate crema facial para la noche y tus productos para el cabello. Puedes entonces ajustar el despertador para levantarte un poco antes que él por la mañana. Esto te permitirá tener lista una taza de té para cuando despierte.

6 comentarios:

Lispector dijo...

¡Hola Carmen! Como siempre es un placer ver como amanece en tu rincón virtual. El texto que pones no tiene desperdicio, da hasta risa (menos mal, supongo que antes no era como para reirse); ya el colmo de los colmos es cuando el texto dice cosas como "Procura ponerte los rulos después de que tu marido ya esté dormido" ( o algo así), para no asustarlo y que "Cualquier conversación o tema de él es más importante que el tuyo". Suena a ficción, pero lamentablemente algunos hemos visto esos comportamientos en seres cercanos. Gracias a Dios las cosas han cambiado. Un abrazo y espero esa próxima novela tuya con impaciencia.
Daniela.

leo dijo...

Pa habennos matao.
Ahora entiendo por qué no conservo a mis noviosssssssssssssss.
´Jajajajaja. Besos.

Beatriz Montero dijo...

Uff, lo del gemido me ha matado. Así entinedo que no existiera el divorcio, si ellos tenían un chollo de reino. Y para nosotras cúando van a escribir algo así?

carmen dijo...

Lispector, yo también estoy deseando acabar mi novela pero mira que se atascan estas cosas. Sigo tu consejo sabio; no dejes de escribir que te estás emperezando. ¿Te acuerdas?
Leo, es que eres una rebelde y así te van las cosas. Sumisión querida, sumisión.
Bea, sigo buscando perlas en la hemeroteca. Es que no parece creible. Pobrecitas, y lo peor es que ellas se lo creían.

NIck dijo...

hola carmen, tu lo has dicho, cosas de la antiguedad, afortunadamente gracias a Dios estamos en otra época y al menos en eso nuestra lúcides ha ido avanzando mucho.
no puedo juzgar algo antiguo por que la situación real es otra, pero si ocurriera en estos momentos merecería una cruel condena.

en todo caso es muy anécdotico
un abrazo

carmen dijo...

Hola nike. Me alegro encontrate de nuevo. He estado de obras y tengo abandonados los blog. Me voy a poner al día enseguida. Veo que has cambiado tu imagen ¿O caso eres otro nike?
En cualquier caso
Un abrazo
Carmen