¿Tan difícil e pedir responsabilidades a los
gestores, a los políticos, a los periodistas, a los jueces, a los funcionarios,
a los médicos que han fallado, en vez de
promulgar leyes que los fastidien a todos?
¿Tanto cuesta investigar, por ejemplo, a los
trabajadores y a los médicos que simularon bajas por enfermedad? ¿No es más
ético investigar que demonizar a todo empleado porque se pone enfermo? ¿No es
más justo pillar a los defraudadores que subir los impuestos? ¿No es más
correcto, por ejemplo, pedir responsabilidad al funcionario que firmó y permitió
a Dívar cobrar dietas escandalosas y derrochar dinero del Estado (o sea
nuestro), que esperar a que el juez renuncie “motu propio” a 208. 240 euros de indemnización?
¿Dónde está el funcionario que arriesga la
liquidez de una empresa haciéndole depositar una fianza enorme durante años(
que quizá lo empuje a la quiebra) cuando después los jueces le quitan la razón? ¿Dónde está la responsabilidad del político
que promete y promete hasta conseguir el poder, no cumple ni una de sus
promesas y además se alía con el demonio para mantenerse en “la poltrona”?
Es mi voto, oiga, y no estoy dispuesto a
regalárselo a nadie.
Vanagloriarse de la cantidad de funcionarios de
la Comunidad de Madrid que se encontraban de baja y se reincorporaron cuando
salió la ley que permite recortar el sueldo en estos casos, es una
obscenidad. Poner verde a los
funcionarios y decir que son unos vagos por parte del ministro del ramo, el
encargado de hacerlos trabajar, es reconocer
que se es un incompetente. Hablar de que se sube el IVA para que no pase eso
tan común de “las facturas con IVA o sin IVA” por parte del ministro encargado de la vigilancia
del fraude, es vergonzoso, y además demuestra que no se tiene la más mínima intención
de investigar, que los vagos son ellos. Y eso sí requiere una bajada de sueldo,
el 50% los tres primeros días de soltar leyes generales para atajar problemas
individuales, y responsabilidad penal por cobrar un sueldo y no cumplir con la
obligación que se le requiere a todo gestor; investigar, imputar y corregir al que no cumple.
El otro día Jordi Évole, le preguntó al señor Duran
i Lleida, por qué no existe responsabilidad para los que no cumplen promesas, y
él, con la prepotencia que da el cargo, contestó. “Lo siento, no hay ley que lo
recoja.”
Toma,
claro, ni tampoco había ley para quitar la extra a Navidad a los funcionarios, ni
para subir el IVA, ni para rebajar la indemnización por despido. Ya sé que no hay
ley, pero se promulga. Para eso está el parlamento,
para ser más justo, para no ampararse en que no hay ley. Y no hay ley porque
los que las aprueban son los que no quieren responsabilizarse de sus actos.
Dicen que hay una separación entre el pueblo y
los políticos. La hay, si señor, y cada día es más grande y más peligrosa,
porque como los políticos éticos no luchen contra esta falta de seriedad, los
meteremos también a ellos en el mismo saco.
El
problema es saber cuánto tiempo creen que pueden alargar esta situación.
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