lunes, 6 de octubre de 2014

SOSTIENE PEREIRA




                         



Aunque no he leído este verano todo lo que me hubiera gustado, me he diversificado lo suficiente para comprender por qué me gustan unas obras y me dejan indiferentes otras.
La que me ha gustado mucho ha sido “Sostiene Pereira”. Quizá me ha gustado tanto porque siento como si nuestra sociedad, el mundo en el que estamos viviendo,  sin llegar a ser el que describe Tabucchi en los años del nacimiento de las dictaduras,  es un momento de profundos cambios sociales, de búsqueda del dinero como único fin, sin detenerse a pensar en el dolor humano que está dejando tras de sí. La época de grandes emporios económicos que arrasan con todo lo que no les engorda, sin que nadie sea capaz de poner fin a esta locura, de mover un dedo para detener la corrupción y el amiguismo, la inmigración y el hambre. Un momento de confusión y deterioro de nuestra capacidad de valorar, de poner fin a tanta agresión económica, un todo vale y a mí no me moleste que por ahora estoy bien. La pobreza extrema, las nuevas formas de esclavitud que van adueñándose de nuestro mundo.
Pereira es un periodista que se dedica a las páginas del cultural de un periódico, que no quiere inmiscuirse en nada y que vive adormilado. Un día se pone en contacto con él un joven, Monteiro Rossi, comprometido con la política de su tiempo. La relación que unirá a ambos va a llevarlo a una crisis personal, una forma de madurar que va a cambiar por completo su forma de vida. El personaje va evolucionando progresivamente, y esa evolución se va viendo en pequeños detalles. De la misma forma que él se deja atrapar por Monteiro Rossi y su novia, Marta,  el lector va haciéndose preguntas sobre la indiferencia que nos afecta, mostrando cómo ha ocasionado y seguirá ocasionando tanto dolor y tanta injusticia. El camino no tendrá punto final mientras no se lo pongamos nosotros, y nosotros estamos semidormidos, confusos, incapaces de tomar posiciones contra tanta  patraña.
La novela se sitúa en la época de Salazar, en la época del nacimiento de las dictaduras, y está narrada a modo de toma de declaración. Sabemos poco del personaje que nos habla, pero lo suficiente para sentirnos implicados.
Reflexiona sobre los males de la neutralidad en momentos críticos de la historia
El tono, la forma y la reflexión  hacen esta novela asequible, corta y original.
Me parece muy acertada la irrupción del médico Cardoso que le habla sobre la confederación de las almas. “Cada ser tiene muchas almas que confluyen. Algunas veces sucede que un alma adquiere preponderancia respecto de las otras y determina así una metamorfosis en el tiempo. La inquietud podría ser el preludio de un gran cambio personal.”
La novela comienza con un ritmo lento y va acelerándose conforme se produce la transformación. Pereira dejará de ser un personaje tibio para ver la realidad que le envuelve y  luchar contra ella.
Tabucchi, su autor, profesor italiano de lengua y literatura portuguesa en la Universidad de Sienna le fascinaba tanto Fernando Pessoa que aprendió el portugués para traducir su obra. Nació en  septiembre de 1943 y murió en marzo de 2012.

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