Aunque no he leído este verano todo
lo que me hubiera gustado, me he diversificado lo suficiente para comprender
por qué me gustan unas obras y me dejan indiferentes otras.
La que me ha gustado mucho ha sido “Sostiene
Pereira”. Quizá me ha gustado tanto porque siento como si nuestra sociedad, el
mundo en el que estamos viviendo, sin llegar
a ser el que describe Tabucchi en los años del nacimiento de las dictaduras, es un momento de profundos cambios sociales,
de búsqueda del dinero como único fin, sin detenerse a pensar en el dolor
humano que está dejando tras de sí. La época de grandes emporios económicos que
arrasan con todo lo que no les engorda, sin que nadie sea capaz de poner fin a
esta locura, de mover un dedo para detener la corrupción y el amiguismo, la
inmigración y el hambre. Un momento de confusión y deterioro de nuestra
capacidad de valorar, de poner fin a tanta agresión económica, un todo vale y a
mí no me moleste que por ahora estoy bien. La pobreza extrema, las nuevas
formas de esclavitud que van adueñándose de nuestro mundo.
Pereira es un periodista que se
dedica a las páginas del cultural de un periódico, que no quiere inmiscuirse en
nada y que vive adormilado. Un día se pone en contacto con él un joven,
Monteiro Rossi, comprometido con la política de su tiempo. La relación que
unirá a ambos va a llevarlo a una crisis personal, una forma de madurar que va
a cambiar por completo su forma de vida. El personaje va evolucionando
progresivamente, y esa evolución se va viendo en pequeños detalles. De la misma
forma que él se deja atrapar por Monteiro Rossi y su novia, Marta, el lector va haciéndose preguntas sobre la
indiferencia que nos afecta, mostrando cómo ha ocasionado y seguirá ocasionando
tanto dolor y tanta injusticia. El camino no tendrá punto final mientras no se lo
pongamos nosotros, y nosotros estamos semidormidos, confusos, incapaces de
tomar posiciones contra tanta patraña.
La novela se sitúa en la época de
Salazar, en la época del nacimiento de las dictaduras, y está narrada a modo de
toma de declaración. Sabemos poco del personaje que nos habla, pero lo
suficiente para sentirnos implicados.
Reflexiona sobre los males de la
neutralidad en momentos críticos de la historia
El tono, la forma y la reflexión hacen esta novela asequible, corta y original.
Me parece muy acertada la irrupción
del médico Cardoso que le habla sobre la confederación de las almas. “Cada ser tiene
muchas almas que confluyen. Algunas veces sucede que un alma adquiere
preponderancia respecto de las otras y determina así una metamorfosis en el
tiempo. La inquietud podría ser el preludio de un gran cambio personal.”
La novela comienza con un ritmo
lento y va acelerándose conforme se produce la transformación. Pereira dejará
de ser un personaje tibio para ver la realidad que le envuelve y luchar contra ella.
Tabucchi, su autor, profesor
italiano de lengua y literatura portuguesa en la Universidad de Sienna le
fascinaba tanto Fernando Pessoa que aprendió el portugués para traducir su
obra. Nació en septiembre de 1943 y
murió en marzo de 2012.
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