Por
fin está a punto de descubrirse el secreto de la eterna juventud sin que nadie
se haya dado ni cuenta. Y ya puestos, el fin de la calvicie, cataratas, vista
cansada, patas de gallo, sonotone, qué
sé yo. Y ha sido por pura chiripa, como todos los descubrimientos que han hecho
evolucionar a la humanidad. Por un… “¿Peter
que ha sido de la hamburguesa del McDonal´s?”
“Yo qué sé, Sally. Ya ni me acuerdo.” Y es que un americano un poco dejado,
allá por el año 1999, olvidó en el bolsillo de su chaqueta una hamburguesa que
acababa de comprar. La dejó en el maletero del coche, y como no debía ser un
hombre de grandes protocolos, no se volvió a poner chaqueta hasta pasados los
años. Algún evento inesperado le obligó a descubrir en el bolsillo de la misma una
prominencia: su hamburguesa yacía tan incorrupta como la factura de la tienda y
las patatas fritas que la acompañaban.
Y es
que es así como ocurren los grades descubrimientos. La humanidad avanza a golpe
de desidia, azar, potra y abandono.
Fleming,
al fin y al cabo, descubrió la penicilina porque se dejó placas en las que
trabajaba con bacterias (estafilococos dorados) sin lavar y se fue de
vacaciones. Al regresar descubrió que las placas de experimento estaban hechas
una pena, y mientras tiraba una a una a la basura, debió llamarle alguien y olvidó
desprenderse de la última, la cual quedó abandonada en un rincón del laboratorio
venga a florecerse y a llenarse de
hongos y de porquería. Hasta que un
día la descubrió, la miró de refilón, luego
de forma más concienzuda y por último en el microscopio, descubriendo que
alrededor de los hongos no había ni una bacteria. Todas muertas. Y ese simple hallazgo
cambió a la humanidad, porque de ahí a descubrir la penicilina y los
antibióticos no hubo más que trabajo y estudio. Un perfeccionamiento científico
de alto nivel.
Por
eso digo que si una placa abandonada
salvó a la humanidad de morir por infecciones bacterianas, ¿por qué una hamburguesa
dejada al azar en el bolsillo de la chaqueta
de un americano, no puede salvar a la humanidad de envejecer y ponerse hecha un
asco?
A
partir de ahí ya es cuestión de que un científico concienzudo tome cartas en el
asunto y trabaje los transgénicos con denodado interés para conseguir dejarnos
a todos como una cheeseburger con patatas de la mejor calidad.
Solo
podemos concluir que la falta de higiene (en algunos casos) es provechosa para desentrañar los misterios de la
naturaleza y la evolución de la especie.
Por
ahora el descubrimiento se desaprovecha con tonterías, como el de la fotógrafa
Sally Davies, que ha decidido fotografiar la hamburguesa día a día. Una auténtica
perdida de tiempo, porque si analizara los ingredientes que McDonal´s pone y se
lo currará como es debido, algún día nos podríamos conservar como en el momento
de nuestra vida que más nos gustásemos. Solo sería cuestión de embadurnarnos de
transgénicos y alguna cosilla más que científicamente se descubriera.
Qué
miedo da llegar tarde a tanto descubrimiento, porque a mí mañana me operan de
cataratas, ché.
No hay comentarios:
Publicar un comentario