El
último parecido prodigioso entre dos personas lo acabamos de constatar durante
la pedida de mano en Inglaterra. El príncipe Harry se ha prometido con la doble
de una política española. Es difícil negar el asombroso parecido de Maghan Marke y Begoña Villacis. Sin embargo, a
veces ni siquiera se dan cuenta los implicados del parecido, tenemos que ser los
televidentes quienes lo detectemos con desasosiego, como es el caso del asesino
Morate y el guardia que lo custodiaba en el juicio oral. Esperaba con ilusión que
en cualquier momento ambos se levantarían para darse un fuerte abrazo
fraternal, pero no dieron síntomas de la más mínima complicidad. Era como si no
se vieran a sí mismos.
Y no
solo ocurre este fenómeno con coetáneos, sino con personajes que nos separan años
o siglos de diferencia.
Nicolas
Cage, por ejemplo, tiene un doble del siglo XIX que vivió en Tenesse en 1870 y
al que le hicieron un retrato al oleo para desasosiego del actor. Estos sosias
se encuentran en los museos con más frecuencia de la que nos gustaría. Otro
caso es el de un hombre llamado Max Galuppo que en 2012 se encontró a sí mismo en
un cuadro del siglo XVI. Era el museo de arte de Filadelfia.
A
estas coincidencias se le han dado muchas interpretaciones, algunas de lo más
esotéricas y rocambolescas. Dicen que si son reencarnados, o vampiros, o quizá,
viajeros en el tiempo.
Podemos
creer o no en esas conjeturas, pero no podemos negar que el fenómeno es curioso
y real. ¿Quién me dice a mí, pongo por caso, que el Puigdemont que quiere
salirse de la Unión Europea por obsoleta y trasnochada, es el mismo que pone por
las nubes a la Unión Europea, que quiere
que Cataluña sea miembro por derecho y que se deshace en elogios hacia ella? ¿Quien
me dice a mí que la Ada Colau, que dijo que no participaría en el referéndum
ilegal, es la misma que bailaría sardana con los independentistas y defendería la libertad de
expresión en el referéndum para proclamar la DUI? ¿Y si los Junqueras y Forcadell independentistas, así como el resto de miembros de la
mesa del congreso catalán, no tienen
nada que ver con los que están dispuestos a acatar el articulo 155 y renunciar
a la DUI? ¿Son otros? ¿Sosias ellos? Y
si el Mas que decía que ninguna empresa se marcharía de Cataluña si se proclamaba
la independencia, no es el mismo que ahora dice lo contrario? ¿Y si ni siquiera es el mismo que pedía
dinero a Zapatero a cambio de manipular las ideas
nacionalistas de los catalanes con métodos de Anthony Blaque? ¿Y si la
presidenta de Tous que contrató a miembros de ERC en su empresa, no es la misma
que la que da ordenes a sus empleados de “afirmar su vocación internacional, española
y catalana de corazón?
A
simple vista parecen incongruentes, pero no lo son. Lo que ocurre es que son sosias.
¿Vampiros?¿Reencarnados? ¿Viajeros en el
tiempo?
¡Cuanto
tienen qué contarnos y qué poco les preguntamos!