sábado, 28 de octubre de 2023

INSOMNIO

                                                        



 

 

 

 

Soy insomne, una insomne de catalogo. No quiero ir a más porque dicen que eso produce deterioro cognitivo y no estoy por la labor. Dicen que también lo producen las pastillas tipo diazepan y aledaños. Vamos, que como te descuides te quedas gagá. Me han puesto entre la espada y la pared por lo que he decidido dejar la pastilla, acostarme todos los días a la misma hora, apagar el móvil y de más. Y si ni por esas, ponerme audios de meditación o yoga Indra. Lo del yoga Indra está muy bien. Te aseguran que aunque no duermas, es como si durmieras, que tiene el mismo efecto para la salud. Que la relajación que se produce es de tal intensidad que equivale a varias horas de sueño. A veces lo he probado y lo que se dice dormir, no lo consigo, pero quedarme pegada al colchón, inmóvil y algo catatónica sí, ves tú. El problema es que no me fio de que quedarme en ese estado tan extraño equivalga al sueño.

Mi última decisión ha sido ponerme audios de Schopenhauer. Es un buen invento porque el hombre era estoico y algo pesimista. La voz del audio es susurrante y deprimente. Dice en murmullos que no tenemos nada, que ni siquiera nuestros miembros físicos nos pertenecen, que en cualquier momento los perdemos o nos quedamos paralizados por la artritis o la artrosis. Dice también que por no pertenecernos, no nos pertenecen ni los amigos, ni la familia, ni un plato en la mesa... Que lo podemos perder todo en un santiamén. No es animado, esa es la verdad, pero te hace meditar un huevo. La voz es envolvente y lo dejo amargarme la vida mientras me atontolina. Dice que lo único bueno con lo que contamos es el carácter, o sea la posibilidad de echarnos el mundo a la espalda y apechugar con lo que nos toca. Luego, para ahondar un poco en el mensaje, da citas muy antiguas y hermosas. “La felicidad es la ausencia del dolor”, Epicuro. “La felicidad se logra con la práctica de la virtud”, Sócrates. “Si no te duele nada al levantarte, celébralo”. Y ya cuando me encuentro entre el sueño y la vigilia, suelta la frase que me deja en shock “Carpe diem” que la dijo un tal Quinto Horacio Flaco, un poeta romano que murió allá por el año 8 a.c.

A partir de ahí ya duermo ocho horas además de volverme sabia y desapegada. Paso el día en un continuo pasotismo del que no me saca ni Abascal, ni Yolanda Díaz, ni Pedro Sánchez, ni Feijoo.

Es un laissez faire, laissez passer que os recomiendo.


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