Si me preguntan quién tiene la culpa de lo sucedido en Paiporta, responderé sin temor a equivocarme; los que polarizan. Todos aquellos que señalan a los ultras como aquellos que gritaron y atacaron al presidente del gobierno, son culpables además de miopes. Nuestra sociedad, nuestro país, ha colapsado por odio, por falta de respeto. No se puede mantener la corrupción y salir exculpado por los votantes si no inculca el miedo y el odio al de enfrente. Les dejaran hacer lo que sea, porque lo que puede venir es peor.
La ministra Montero señala sin pudor que los indignados que insultaron al presidente del gobierno son ... ¿Fachas? ¿Acaso ella lo sabe porque ha conseguido información privilegiada en la Agencia Tributaria? Es que ella, igual que amenaza a los contribuyentes de derechas por saber mucho, tiene información de los jóvenes indignados que persiguieron al presidente? ¿Todos son fachas, ultras y extrema derecha?
La mujer que sabía demasiado desconoce el secreto profesional. Ni siquiera es legal husmear en las listas de contribuyentes sin control. No, no lo sabe, y ese desconocimiento innato le hace asegurar que los que pitan o insultan al presidente del gobierno son ultras, fachas, extremos. Qué fácil es cargar el muerto a los otros.
Hasta que no desechemos esa terminología: “fachas” para llamar a la gente que no soporta tanta vileza, y los llamemos con sumo respeto, no dejaremos de deshumanizar, y si deshumanizamos, dejaremos en el lodo a los damnificados para demostrar que el otro es un inútil.
Qué importa que la gente tenga sed o hambre, que no encuentre a sus seres queridos, si con eso consigo que dejen de votar a la derecha. El problema es que le ha salido el tiro por la culata.
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