Las
mujeres no tenemos arreglo. Debe ser que se necesitan siglos para quitarnos de
la cabeza esa obsesión tan dañina de gustar a toda costa.
Me
parece bien que una mujer sea coqueta y se arregle, procure salir a la calle
impecable y le agrade verse admirada, siempre que no se pase, porque
obsesionarse con gustar a cualquiera aunque sea a un anti lujuria del tres al
cuarto, pues no, la verdad.
Lo
digo porque un tal Yann Moix, escritor él, más feo que un dolor, él, y con
ganas de hacer propaganda de su último libro, ha dicho que es incapaz de amar a
una mujer de 50 años. Lo peor no son sus declaraciones, que al fin y al cabo
dan un poco lo mismo, sino que ha desatado las iras de muchas mujeres
cincuentonas que no se hubiesen acostado con él ni por todo el oro del mundo.
Moix
está encantado con la ola de rencor y ultrajes que ha desatado y se autoafirma:
“Yo qué culpa tengo. Las mujeres de esa edad son invisibles a mis ojos”, ha
dicho para ahondar un poco más en la herida. Y ellas, sensibles al escaparate,
han recogido el guante. La periodista de Colombe: Schneck de 52 años, se ha
visto en la obligación de publicar en Instagram una imagen de su trasero con la
siguiente aclaración: “Este es un culo de una mujer de 52. No sabes lo que te
pierdes.” Otras, han respondido con imágenes de mujeres de esa edad como Halle
Berry o Cate Blanche.
Contentísimo
por el revuelo causado, se ha reafirmado: “Me gusta lo que me gusta y no tengo
por qué responder a ese tribunal de gustos”
¿Seguiremos
las mujeres pendientes de gustar a todos los machos de la tierra per secula
seculorum, o un día abriremos lo ojos de una vez y, al leer noticias de ese
calibre, pasaremos la página sin despeinarnos?
Ahora
comprendo al tío que el otro día se enfadó con una mujer en el autobús y para
ofenderla hasta la extenuación, la llamó: “fea” a grito pelado.
No
tengo ni idea de qué ancestro (o ancestra) nos viene semejante falta de
autoestima, si de los Cromañón, de los Neandertales o de los Floresiensis, pero
hay que desembarazarse de ese estigma cuanto antes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario