¿Qué
ocurriría si la muerte perdiera los papeles y no supiera a quién llevarse?
¿Cómo lograríamos convencerla de que nuestra vida está lo suficientemente
llena, es tan enriquecedora y sabemos disfrutarla tanto, que es mejor
que nos deje vivir unos añitos más?
Quizá
nos costaría mucho convencerla, y a lo mejor, a partir de ese momento,
aprenderíamos a tomarnos los años que nos regala de otra forma.
Habría
que hacer una retrospección de la propia vida para saber qué ha valido la pena,
lo que se ha disfrutado, lo que se ha sufrido. Qué se ha hecho y qué queda por
hacer.
Esa
es la propuesta que hace Elena Belmonte en su obra “Baile de huesos” que se
representa en Estudio2. Manuel Galiana. Calle Moratines 11 de Madrid.
Esta
obra recibió el premio Lázaro Carreter de literatura dramática, 2010.
Cuatro
personajes aguardan la llegada de la muerte, todos tienen sus historias, su
justificación para seguir viviendo o incluso para dejar de hacerlo.
Con
unos diálogos a veces tristes, a veces muy divertidos, y la mayoría de las
veces magistrales, iremos viendo las razones o las sinrazones que los
personajes dan o se dan a sí mismos.
Cuando
terminó la obra escuché a mis espaldas “¡Bravo!” Y sentí el deseo de gritar
también “¡Bravo!”. Bravo, Elena porque hacía mucho tiempo que no disfrutaba
tanto, por tu buen hacer, por los actores, por el genial Manuel Galiana interpretando
a una muerte, despistada y curiosa, dispuesta a escuchar razones y más razones.
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