Las últimas noticias
me tiene desasosegada. Se ha inventado una piel contra las arrugas de quita y
pon. Se ha descubierto un método para conectar las neuronas y terminar con el
Alzheimer. Se ha descubierto un fármaco que actúa sobre las células cancerígenas
de las mamas y el colón, sin perjudicar al resto del organismo, sin producir
desarreglos digestivos ni dejarte sin pelo. Se han descubierto exoplanetas (eso
todavía no lo tengo muy estudiado, pero parece ser que hay vida más allá de
nuestro planeta). Se han descubierto universos paralelos que van a la contra,
es decir, que naces viejo y mueres niño. También una pastilla única que quita
la depresión… En fin, que no doy abasto. Y todo esto en una semana.
Es más,
creo que la primera noticia fue del lunes, y ya no paran.
Teniendo en
cuenta que soy curiosa y crédula, he perdido el apetito y el sueño. Nada más
despertar miro el móvil y descubro que el mundo se está dando la vuelta como un
calcetín. Lo malo es que a lo mejor a mí me coge a desmano y no
aprovecho tanta maravilla.
Dicen que las
ratas ya llevan su parte de investigación, que están como un pincel, que ahora
le toca a las ovejas y que con suerte a nosotros, es decir, a hombres y mujeres
en edad de merecer, o sea alrededor de ochenta años.
Ahora lo difícil
va a ser descubrir quién tiene ochenta o quien diecinueve, quién se pilla los
chollos de Mundosenior y a quién le dan plaza en la guardería, si aquellos
a los que nos cruzamos por la calle vienen o van, si provienen del universo
paralelo o son de aquí de toda la vida (foráneos, me refiero).
Al final va a ser
cierta la frase: “Cuando tu has ido, yo he ido y vuelto mil veces”
Menudo lío
tenemos encima. Aunque los demás se líen con mi edad, me da lo mismo. Me conformo con que me dejen ubicada en mis años mozos, sin hilos atravesando la piel
de mi cara y dividiéndola en dos partes perfectamente diferenciadas, como
algunas que yo me sé.
La cirugía ya
estaba llegando a límites muy distorsionantes.
Alguna mujeres habían retocado
tanto su rostro que se parecían a esos gatos que tienen los chinos en su
comercio para que les den suerte, esos que solo pueden mover una mano de arriba
abajo.
Así que todo lo
que nos venga en salud, belleza y exoplanetas sea bienvenido.
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