sábado, 28 de abril de 2018

JOLGORIOS






Después de leer la apreciación del juez González sobre el “jolgorio y regocijo” de la victima de la manada, me desdigo de todo lo escrito en mi post anterior. Ya no sé qué sentencias pueden ser justas o no. Y sin haberme leído los 371 folios del fallo, opino sin que me tiemble el pulso, que después de una juerga que produce jolgorio y regocijo, la gente está contenta, se despide, se alegran de haberse conocido e incluso se ayudan unos a otros, pero no dejan a una mujer medio desnuda, abandonada, robada, vejada y, lo que es peor, grabada sin su consentimiento.
Nos echan en cara opinar sobre una sentencia sin haberla leído, pero sí la leyeron los fiscales, los abogados y no opinan de la misma forma que los jueces que dictaron sentencia, solicitaron una pena de 22 años, por lo que algo irregular habrán visto.  
Por lo demás, es triste perder la fe en la justicia, por este juicio; en la policía, por los acontecimientos del 1 de octubre; en los políticos, porque quieren sacar provecho electoral hasta de los hechos más execrables; por los periodistas, porque todavía no acabo de entender cómo se puede silenciar un vídeo del 2011 sobre el robo de cremas de la presidenta de la comunidad, sin que se soliciten explicaciones.
Pero, sobre todo, no entiendo cómo podemos estar tan indefensos ante los poderes públicos.


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