miércoles, 10 de julio de 2019

Alicia en el Pais de las Maravillas




                       LA CELEBRACIÓN DE MI “NO CUMPLEAÑOS”





Vivir en el País de las Maravillas, como Alicia, es que, aunque no entiendes nada, te tienes que dejar llevar como en una montaña rusa.
Estoy celebrando mí “No cumpleaños” desde que el parlamento catalán convocó un referéndum ilegal. ¿Ilegal para quién?, preguntan ellos. Pues para el tribunal constitucional, para las leyes imperante hasta que se revoquen, para los ciudadanos que se despiertan invadidos de urnas ilegales. Para todos esos. 
Estoy celebrando mi “No cumpleaños” desde que las fuerzas de seguridad de mi país pretendieron hacer cumplir la ley y se les asignó un barco pintado de dibujos animados por “no faltar”, supongo que a los ilegales. Es como si entraran a robar en casa y los policías que vienen a evitarlo, lo hicieran disfrazados de Marc Simpson para no dar pie a sofocones innecesarios a los ladrones.
Celebro mi” No cumpleaños” cuando un país se niega a devolvernos a un preso porque no cree en nuestra justicia. ¿Para que necesitamos a Europa si no cree en nuestras leyes, nuestra justicia y nuestras fuerzas de seguridad? 
Y continuo con mi “No cumpleaños” cuando observo que los políticos presos son llevados a cárceles en las que impera el poder de ellos mismos. Muy parecido al asunto de Pablo Escobar y sus secuaces en la cárcel colombiana. 
En el país de las maravillas sale presidente aquel que habla de nación de naciones y términos que todavía no han sido aprobados en la Constitución, el que permite que su colaborador pacte con los políticos presos y en la cárcel, para lograr llegar al poder. 
En ese país, el de las maravillas, hay leyes que no pueden evitar que entre en tu casa cualquiera, cambié la cerradura y se quede. Incluso una nieta puede echar de su casa a la abuela mientras la policía, los jueces, los gobernantes y demás fuerzas vivas, miran tamaño despropósito con estupor e inmovilidad. A ver si va a ser por eso que los tribunales alemanes no se fían un pelo de nuestros jueces, nuestras leyes y nuestros políticos. 
En el país de “No cumpleaños” se vulneran las leyes, se avisa a los jueces que juzgan de que da lo mismo la sentencia que dicten, porque los van a indultar. 
En mí país de las maravillas se nombran relatores para pactar con los delincuentes y se arrepienten como si sacaran pájaros de los sombreros, sin despeinarse Se pactan los presupuestos con políticos presos y en la cárcel. Se permite que los violadores irredentos salgan de la cárcel aun sabiendo que lo van a volver a hacer. Los parlamentarios se conceden a sí mismos sueldos de vértigo mientras la caja de las pensiones, la seguridad social y los servicios sociales están de mírame y no me toques. 
Y lo peor es que a los votantes les da lo mismo que se vulnere la ley, que los políticos se gasten su dinero con sueldos y prebendas escandalosas, que les echen jabón líquido de lavavajillas a los policías para que resbalen y poder pegarles en la cabeza porque no importa le ley, ni la justicia, ni los defensores de la misma, ni aquellos que velan por su cumplimiento y por su seguridad. 

Y ese país de los “No cumpleaños”, un ministro de justicia alienta a que manifestantes agredan e insulten a otro partido político en medio de la calle.
 En ese país de las maravillas en el que la reina solo quería que le cortasen la cabeza a todo el mundo, está sostenido por votantes y medios de comunicación.
 Y en ese país vivo yo y muchos más, atemorizados, desprovistos de protección, ninguneados. Ya no se trata de izquierdas o derechas, sino de valores, ética y respeto a la comunidad y a la Ley. 
¿Me despertaré algún día sintiendo el aliento de la reina de corazones en mi oreja como el cocodrilo de Monterroso?

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