Escribí
“UN RUBIO EN EL 4ºB”, hace ya mucho tiempo. Era una época difícil para mi hija,
entraba en la adolescencia y necesitaba comprenderla, saber qué era lo que le
estaba pasando, cómo se sentía. Pensé entonces que nada mejor para lograrlo que
escribir sobre la vida de una adolescente y meterme en su piel. Quería enfrentarme
a cada una de las situaciones a las que ella se enfrentaba, traspasar ese muro
de infancia a adolescencia de su mano, sin herramientas, con mil inseguridades,
dándome golpes y aprendiendo a quererme un poco más cada día.
Fui
creando una historia en la que me introduje sin demasiados problemas. Todas las
tardes, cuando me sentaba a escribir, iba desapareciendo mi yo adulto para
convertirme en Marta, la adolescente. Sentía sus altibajos emocionales, me
hacía preguntas que ya tenía olvidadas, preguntas que a base de no ser
respondidas habían quedado en el olvido. Sentí la necesidad de mimetizarme con
el grupo para no ser excluida, de gustar por encima de todo, de ser popular,
pero al mismo tiempo, no podía dejar de ser critica con la hipocresía que me
rodeaba.
Así fue
como nació esta novela, poco a poco, transformándome en esa adolescente
enamorada y perdida.
La
novela tuvo desde el principio el beneplácito de todas las editoriales a las la
envié, pero todas me animaban a cambiar el contexto, a situarla en la época
actual. No estaba de acuerdo. El entorno tiene muy poca importancia en esta novela,
y sin embargo de no haber sido por él, quizá nunca la hubiera escrito, porque
un suceso me llevaba a otro, y un recuerdo real a otro ficticio. El
subconsciente funcionó como funciona todo lo que sale de lo más profundo.
El
narrador está ubicado en el interior de una chica que ve e interpreta desde lo
más hondo. Su realidad, el mundo en el que vive, es bastante tranquilo. Sin
embargo, su interior está en perpetua ebullición. Marta, la protagonista de la
novela, es curiosa, guasona y enormemente crítica con los mayores, pero también
consigo misma.
El
lenguaje que la narradora utiliza es coloquial porque necesita contarnos lo que le ocurre, quiere hacernos
participes de sus problemas para que la comprendamos Solo utilizará un lenguaje
importante cuando quiera escribir la
novela de su vida, porque lo hará con
frases grandilocuentes copiadas de novelas románticas.
Gracias a esta obra
entré en el mundo de la
literatura juvenil. Hasta ese momento había publicado dos títulos
de adultos. Los editores después de leerla, me animaban a
que probara ese género, y yo lo intenté. He publicado otras dos novelas
juveniles y está a punto de salir la tercera. Sin embargo, esta, que fue el
origen de todo, se encontraba en un cajón de mi escritorio esperando una
oportunidad que yo le he dado. Me he
lanzado a publicarla con Amazón, y espero que guste a mis lectores tanto como
me gusta a mí.
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