Esta mañana tengo el correo a rebosar, y como no
escarmiento, me entra una ilusión enorme. Pienso que en veintitrés correos
nocturnos puede estar él, el correo que cambie mi vida, el correo que anuncia
el fin de mis pesares o el cumplimiento de mis anhelos. Un reconocimiento
largamente esperado o una música romántica y sugerente que diga algo, aunque no
entienda qué.
Es la misma
ilusión que siento al abrir un regalo. Tener en mis manos un paquetito envuelto
en papel de dibujos, rodeado de un lazo o un pompón, me vuelve loca. Lo miro, lo
remiro, imagino algo estrambótico. Me levanto, sonrío y lo dejo a un lado de la mesa, luego a otro. En fin,
que aburro a las moscas. Pero como los míos
ya me conocen, pasan de mí olímpicamente, mientras yo disfruto con mi
ritual imaginativo.
Siempre me encantaron las sorpresas.
Y como iba diciendo, con los correos me pasa lo mismo.
“Hoy veintitrés, nada menos”, y los voy abriendo.
El primero. Hibiscus. “Escapada romántica de tres días
en Anaya con jacuzzi incluido” descuento 51% (le queda poco, dese prisa) Un
agobio, y además, ¿qué pinto yo en Anaya dentro de un Jacuzzi si todavía no he
terminado de pagar la hipoteca? Luego dicen que vivimos por encima de nuestras
posibilidades. Si es que nos ponen el caramelo en la boca a toda hora.
Pongo a tostar el pan y continuo abriendo correos.
“Aprenda el arte de sumiller en Chamberí, con un 44%
de descuento”. Pero si no bebo, tío, ¿por qué me mareas?, ¿para luego proponerme
una terapia de grupo anti alcohol en la
Latina? Os tengo muy fichados a todos.
“Motociclismo
en Jerez, 17% de descuento”. Ni tengo moto ni me queda un mísero moscoso para
despendolarme.
Me va entrando un malhumor enorme y empiezo a hacer
tonterías. Pongo la capsula del descafeinado en vez de la capsula sabor India
aromatizada con castañas del Cáucaso, que es la que más me espabila. Continúo
abriendo correos.
Me animan a que vaya al circo americano, a que haga un
curso de secretariado “on line”, a que ponga a Ethiopia en mi mesa. Se me
queman las tostadas.
BuyVip Amazón Me pide que compre, pero cuanto antes
porque ya casi no quedan gafas, cremas, edredones, zapatos, ollas rápidas, y ollas
lentas, ropa de Pedro del hierro y cosejas de Dolce & Gabana.
Los correos se suceden y no doy abasto.
Corto un trozo de bizcocho, porque se me está echando el
tiempo encima pero no puedo parar.
Twiter: Juliana Pérez y otros mas tienen tweets para
ti.
Ni idea quién puede ser la tal Juliana y por qué se
empeña en twitear conmigo a estas horas tan intempestivas.
No me da tiempo a preparar el zumo.
Groupón: Depilación laser unisex, menú en abrasador Gran vía, paseo a caballo,
curso intensivo de fotografía. Amor fortuna y regalos desde 4,50
Paloma de la Vega. Vente- Privee: Victorio &
Lucchino, “en exclusiva para ti”. ¿Para mí?, me vengo arriba, pero me acuerdo
de la hipoteca y vuelvo a bajar.
Atrápalo: Vuelos desde 17 euros si sale ya. Quiere
decir que, o salgo en camisón para Ibiza, o me pierdo el descuento.
Estoy agotada, llego tarde al trabajo, pero, sobre
todo, me siento muy dispersa.
Bajo a toda velocidad las escaleras del metro para que
no se me escape el de las siete y media. Cuando ya estoy a punto de entrar, el
conductor cierra las puertas. Lo ha
hecho adrede. Me siento fatal, estoy segura de que se ha dado cuenta de que ni
me depilo en plan unisex, ni me visto de Dolce& Gabanna, ni monto a caballo,
ni pongo a Ethiopía en mi mesa
¿Cómo no me va a cerrar la puerta en las narices?
2 comentarios:
jaja, siempre tan divertida, Carmen...y tan seria.
Gracias, Ángel. Espero que todo siga estupendo.
Un abrazo
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