Empezamos
la campaña electoral y ya no hay quién los pare. Ahora nos quieren convencer,
como siempre, de que lo que no han hecho hasta ahora lo van a hacer ya, pero ya
mismo. El problema del que aún no se han dado cuenta es que la fuga de votos no
se va a producir porque hayan salido corruptos hasta de debajo de las piedras. Porque
eso, como ellos dicen, le puede pasar a cualquiera, sino que durante todo el
tiempo que se han mantenido en el poder, unos y otros, no han hecho nada,
absolutamente nada, para evitarlo.
¿Que
los nuevos partidos serán igual?, pues es posible, pero lo que sabemos, lo que
tenemos clarísimo, es que los que estaban no movían un dedo para evitar las
puertas giratorias, los masificados aforamientos, las dietas desmesuradas e
inútiles, los miles de asesores, las obras faraónicas, los no funcionarios que
copaban la administración por arte de birlibirloque, la falta de apoyo a la justicia, la utilización de la
enseñanza para sus propios fines. Se puede conseguir votos de los católicos
hablando de que acabarán con la ley del aborto y luego dejarla empantanada para
no perder votos de los otros y luego volver a decir… Se puede hablar del
trasvase y luego olvidarlo para no perder votos de aquí y de allá. Se puede pedir
respeto para los trabajadores y quedarse con su dinero, se pueden montar cursos
para parados y robar. Se pueden haber hecho la vista gorda para tantas cosas y
luego decir que no lo harán más, que van a promulgar leyes estrictas. Demasiado
tarde, ya no hay quién se lo crea. Porque el problema no está en los corruptos
sino en las leyes que los amparaban y contra las que ninguno de los partidos tradicionales,
movieron un dedo para acabar.
Es por
pura salud democrática que esto cambie, o que, por lo menos, el pueblo pida un
cambio. Ya no cuela lo de los corruptos, ni lo de que los nuevos también lo
serán. Lo importante es que el pueblo no perdone el incumplimiento, ni la
chalanería. Y eso ha durado años y años, con un partido y con el otro (el tú
más, da hasta nauseas)
Nadie
cree a estas alturas que un determinado político les haya salido rana por
sorpresa, cuando ya fue denunciado hace muchísimos años en su parlamento. Hemos
presenciado tantos desmanes, que si no hay un cambio, estamos perdidos. No
importan las ideas, pueden ser de izquierdas o de derechas, pero hay que
mojarse. Se puede decir que se parará la construcción del AVE, o que la
Seguridad Social será solo para los españoles. Se puede anunciar una subida de
impuestos para apoyar a los más desfavorecidos y arriesgar votos, o proponer la
ayuda a la empresa para crear puestos de trabajo. Se podrá estar de acuerdo con
eso o no, perderán votos por ser sinceros o los ganarán. Pero hay que
arriesgarse con programas en los que de verdad crean, porque al decir lo que
piensan hacer con tu voto, están demostrando una valentía que necesitamos. Pero engañar,
conseguir apoyos a consta de lo que sea para luego hacer mangas y capirotes con
ellos, huele rematadamente mal, es imperdonables y los españoles no nos lo
merecemos.
3 comentarios:
Ay, Carmen, casi del todo de acuerdo, hasta la última frase. Luego de los que nos ha pasado en Andalucía no creo que no merezcamos lo que nos pasa... Si está en nuestra mano cambiar todo, sí mereceremos siempre lo que nos pasa, al menos como pueblo. Pero confiemos en que por esos pagos tengáis un poquito de más dignidad que por aquí. Besos.
No te preocupes, Sir. Los que se mojen ahora apoyando perderán votos, tanto en las autonómicas como en las generales. El pueblo está demostrando ser más listo de lo que pensábamos. Por de pronto no hay mayoría, por de pronto tienen que pactar, por de pronto están asustados. Ya no saben que milonga contarnos para que nos asustemos nosotros.
Eso es muy buena señal.
Que los dioses te oigan...
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